viernes, 10 de febrero de 2012

dulcemente amargo...

       --Alto light Chai para Camilaaaaa ... Dejó el Publimetro en la mesa, tomó el té y salió corriendo, iba tarde y solo esperaba que el tráfico no estuviera de pesadilla. Llegó a tiempo, estacionó el coche y al salir del estacionamiento lo vio esperándola en la esquina. Se veía bien, con los jeans deslavados y la playera color vino que le gustaba, siempre con ese look medio desaliñado,  no era guapo, pero tenía esa mirada sexy y enigmática que junto con su humor ácido e inteligencia la habían atrapado. Le abrió la puerta y subió al auto.
Como solía hacerlo a veces, lo acompañó a todos esos sitios a los que iba. Le platicó sus cosas, hasta le contó un chiste, pero por más que lo intentó no logró que se riera como antes y no con carcajadas, sino con los ojos, con esa chispa que explotaba en su mirada cuando estaba de buenas y delataba que lo divertía y lo intrigaba. Le contó de la exposición que le había ofrecido y del viaje que tenía planeado ...   -Hmm qué bien -respondió sin decir más,  parecía que todo lo que ella comentaba o lo que la hacía feliz le molestaba. Siguió diciendole otras cosas y oía en la mente sus palabras que caían no en sus oídos sino en el hueco de su estómago resonando como una gota necia que golpea la superficie en un lavabo una y otra y otra vez... ¿Qué estoy haciendo aquí? se preguntaba ella..."No vengo al caso"... y le cayó el 20 y el 30 y el 40... y fue como agua helada en la cara y entonces supo... quizá siempre lo había sabido pero cerraba los ojos y la pregunta era ¿qué hacer con lo ya dicho con lo ya sentido, con lo ya llorado? ...  llegaron al estacionamiento,  lo besó en la mejila y bajó del coche mientras él le decía "te busco después".
Sacó sus llaves, subio al coche y no supo bien a bien qué pensar. Odiaba esos comentarios que llevaban toda la intención de herirla... las palabras resonaban en su cabeza "Ah, claro, ahora vives de eso".
podría haberle contestado, podría haberle dicho que la lastimaba podría haberle preguntado por qué le gustaba decirle cosas que la herían pero ¿valdría la pena? quizá no. Podría haberle dicho "nunca he vivido de eso" pero tal vez él ni la hubiera escuchado. Al llegar a su casa se sirvió un whisky y puso una película, tenía frío se cubrió con la manta azul que le encantaba y se quedó dormida al poco rato.

Despertó al cuarto para las siete, como de costumbre, dió vueltas en la cama de un lado al otro y sin ganas de levantarse se estiró con ese sonido de gato que él tanto amaba; acto seguido salió de la cama se quitó el diminuto camisón verde y lo echó sobre la percha. Caminó hasta el baño con pasos cortos y rápidos y el perro siguió su menuda figura con la vista.
"No me importa", pensó y de repente oyó esa voz que le contestaba, que la retaba siempre y la contrariaba tanto...

Abrió el chorro de agua en un intento de acallarla pero fue inútil...

       --¿A quien quieres engañar?

      --¡Estúpida voz!---pensó---- qué te importa si pretendo que ya no lo extraño ¡Dime! qué te importa saber si aún lo llevo dentro o si finjo que ha muerto o que nunca existió.
    -- tienes razón, pretenderé que no sé ... que tú sientes ... Pretenderé hasta que el tiempo lo borre y en su lugar solo quede un espacio lleno de aire que nadie recordará por que nunca nadie supo . La voz calló y sintió el agua en todo el cuerpo pensando
      --así está mejor...

Tomó una taza de café, alimentó a los perros, regó las plantas, miró la bolsa con la ropa de la tintorería
     --No, será otro día - pensó- que ya de por sí voy tarde. Sonó el teléfono...contestó con una mano mientras con la otra trataba de ponerse el suéter ---No señorita le he dicho varias veces que ¡NO vive aquí! ... Tomó sus llaves y la bolsa encaminándose a la puerta se miró al pasar por el espejo ---carajo --dijo para sí--- debo de dejar las desveladas, no es lo mismo los tres mosqueteros que... bah... haré una cita para un facial relajante...
Antes de salir se topó con la computadora que había dejado encendida, decidió echar un vistazo a sus mensajes; un mensaje de su madre... La llamaría después, siempre olvidaba hacerlo pero esta vez lo recordaría; varios de una tienda y sus promociones semanales, uno de..  él , de él que rondaba su mente aunque ella pretendiera que no... Raro ver mensajes de él a esa hora, lo abrió...

Mi adorada LB: ...
Felicidades por lo de la exposición...
siguió leyendo hasta el final... terminaba diciendo "ah, muy importante, no tienes que decirme nada, el que muera sin oírlo, no quiere decir que no lo supe"...
Sintió como sus ojos se nublaban mientras por su garganta subía ese nudo que duele si se contiene y te deshace si lo sueltas...y lloró... lloró desde el fondo de su alma como no lo había hecho en años...
se miró en el espejo y los vió mirándola de regreso --ojos de mapache --pensó--, vienen bien de vez en cuando... ¿cómo podía alguien cambiar tanto de repente?... cómo...

     --Maldición -pensó-  tendré que volver a pintarme...





La misteriosa desaparición ...

¿Cómo había pasado?  se preguntaba una y otra vez, ¿qué había cambiado? ¿dónde se había roto el cántaro que contenía el hechizo del encanto, la seducción y la risa?... buscó por todos lados, debajo de la cama, en las copas de los árboles, bajo la mesa del comedor y hasta en los bolsillos del viejo suéter violeta de cachemira que su abuela le había regalado a su regreso de la India; pero no había encontrado nada y así pasaban los días y el malestar crecía, sin embargo era incapaz de no ir a verlo... había creado una dependencia, un tipo de adicción que le producía episodios de ansiedad al no sentirlo cerca;  en el fondo se odiaba por eso... qué tipo de persona podía seguir en una relación que la lastimaba... una muy tonta sin duda...


Le costaba trabajo creerlo, nunca le había pasado antes y la sensación era incómoda, como traer una espina enterrada que de repente se mueve y causa dolor pero luego ahí sigue...
revivía intensamente los recuerdos de los días en que la risa era su eterna compañera y ambos se dedicaban esas miradas de complicidad que tan felices los hacían en ese mundo aparte donde nadie más entraba y todo estaba dicho aunque no dijeran nada. A menudo conducía por la carretera hilando una nueva historia que contarle,  otra canción, otra obra u otro libro que compartir, recordando las palabras cariñosas con las que la llamaba y sonreía mientras pensaba en eso. Habían sido buenos días vaya que lo habían sido pero ahora todo era diferente... había dejado de ser divertido, en el fondo de sus pensamientos secretamente se aferraba al deseo de lograr que sonriera de nuevo. Sin duda podía lograrlo, era su especialidad, sus amigos, su familia y las personas que la conocían siempre le decían que los hacía reír y ella era feliz así, no podía concebir la vida sin la risa y la sensación de bienestar que deja a su paso. 

No...estaba segura, haría que se riera una vez más, esta vez lo lograría y todo volvería a ser como antes...  Se miró al espejo y sonrió, una cana asomaba entre el resto de su pelo oscuro, la arrancó y sacó el rimel de la bolsita roja donde guardaba los "embellecedores", así llamaba a  sus cosméticos que eran pocos pero caros... amaba los labiales de Channel después de todo ¿qué era la vida sin esos pequeños lujos tan disfrutables?